• La concentración, ya que hay que mantener la atención para no perder ningún detalle que encontremos en el relato.
• La paciencia, ya que no se encuentra al o la culpable con sólo una lectura.
• La planificación y la organización, porque hay que coger papel y lápiz y plasmar de forma esquematizada todos los detalles del enigma.
• La imaginación y la deducción, puesto que debemos razonar y comprender la escena para poder llegar a la conclusión.
• Autosupervisión y regulación de impulsos, es decir, hacer un seguimiento de cada uno de los pasos que se estén dando para poder llegar a la solución.
• Ser capaces de comprender los diferentes puntos de vista de cada uno de los personajes que aparecen en el relato.
¿A ustedes también les gusta este tipo de juegos? Les animamos a picar a las más pequeñas y pequeños de la familia. ¡Y a ustedes mismos!